miércoles, 8 de marzo de 2017

EMOCIÓN 5

Seguimos avanzando en nuestro emocionario. Como ya llevamos cuatro emociones, quizás es el momento de hacer un pequeño resumen de lo que llevamos recorrido.

La primera emoción fue la ternura, con su oveja mamá cuidando de su cordero; la segunda fue el asombro, con su tigre reflejado en el agua; la tercera fue la frustración, con su mono rojo; y la cuarta ha sido el alivio, con su rana escapada del cocodrilo.

Esta es la imagen de la quinta emoción:

Y esta es la música que lo acompaña:



Respecto a las aportaciones de los alumnos, sobre la ENVIDIA, han discurrido lo siguiente:

Se siente cuando alguno consigue algo que yo quiero.

La envidia es muy mala, puesto que no tanto admira ni quiere ser como el otro sino que consiste en odiarlo/a por haber conseguido o ser de un modo deseable... Por ejemplo, si en una carrera quien queda primero recibe un trofeo muy grande y el tercero solo una medallita de bronce, el tercero odia a muerte al ganador, pero no porque quiere ganar él, sino porque quiere que otro no lo tenga... (fino análisis).

Lo siento cuando alguien tiene algo que yo no tengo.

Lo siento cuando estoy jugando con algo; de repente, viene mi hermana y lo quiere ella. (¿y no será la hermana la que envidia?...

Cuando odias que otro tenga cosas que tú no tienes.

Otro lo tiene claro: porque la perrita de azul tiene un globo más grande que la perrita de verde...

Cuando alguien tiene algo mejor que tú... (en esta línea hay varias respuestas)

Otros añaden que es problemático más aún el sentimiento de que sea precisamente esa persona la que lo tenga, fijándose no tanto en el bien deseado como en la persona que lo tiene. Creo que los que han ido por ahí han dado un paso más allá, centrando bien el tema.

Hay respuestas que añaden ejemplos personales, asociados a perder partidos en algún deporte, a la fijación en la felicidad del otro,  etc.

Uno hace una descripción muy gráfica: rabia, enfado, como algo que te come por dentro, que quema, que fastidia, que se parece a la ira, fuego, rayos...
El mismo diferencia muy bien la envidia del deseo de superación. ¡Bravo!

Una pone un punto en que la envidia realmente se genera no cuando se gana sino cuando "se chulean" de su victoria. Bien visto.

La verdad, hay un buen conocimiento de esta emoción tan corrosiva. Espero que por ello no seamos una clase de envidiosos... (por nuestra salud emocional, digo)

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